El Capitán Picard de Star Trek me enseñó que estaba bien ser diferente
No se puede negar que el Capitán Picard fue un excelente capitán y líder. Siempre valoró la diversidad y alentó a su tripulación a ser ellos mismos. Está claro que el ejemplo de Picard tuvo un impacto positivo en quienes lo rodeaban, incluido yo mismo. Aprendí de Picard que está bien ser diferente y que abrazar nuestras diferencias es lo que nos hace fuertes. ¡Gracias, capitán!
El intelectual Picard tenía más en común con un yo joven que con Kirk o cualquiera de los otros capitanes.
Star TrekCuando se trata de discusiones sobre quién es el mejor Star Trek capitán, hay muchos contendientes. ¿Es la Janeway de la Voyager, que logró navegar por el Cuadrante Delta solo con su ingenio y una tripulación heterogénea? ¿Podría ser Sisko, cuya feroz determinación lo vio triunfar sobre The Dominion? ¿O es Jonathan Archer, que carecía de la tecnología moderna de sus contrapartes pero se confundió de todos modos?
En última instancia, este antiguo debate de Trekkie siempre se reduce a dos contendientes principales: Kirk versus Picard. El Capitán James T. Kirk, como el capitán original de Star Trek, es en muchos sentidos el personaje por el cual se juzga a todos los demás capitanes. Por otro lado, el capitán Jean Luc Picard quizás encarna mejor la filosofía optimista del creador de Star Trek, Gene Roddenberry, de lo que la humanidad tiene el potencial de convertirse si pudiéramos dejar de lado las pequeñas diferencias.
Este viejo argumento cansado no es de lo que estoy aquí para hablar, todos sabemos que no hay una respuesta real sobre quién es el mejor capitán de Star Trek. Todo se reduce a preferencias personales, y ninguna encuesta de Twitter o clasificación de las diversas personas que se han sentado en la silla de mando lo hará cambiar de opinión.
No, lo que voy a explicar, ya que es el cumpleaños de Patrick Stewart, es por qué amo a Picard y qué significa el personaje para mí. Me encanta Star Trek desde que era un niño. Era un programa que solía ver con mi padre mientras crecía, y generó un amor de por vida por la franquicia al mismo tiempo que me inculcó ciertos valores.
Los valores humanistas del programa de tolerancia, intelectualismo y el rechazo de las viejas diferencias insignificantes se convirtieron en principios a los que aspirar en mi vida, y nadie encarnó esos valores como Jean-Luc Picard. A lo largo de las siete temporadas de Star Trek: The Next Generation, Picard y su equipo usaron continuamente la razón, la ciencia y la diplomacia para salir de los problemas mientras iban audazmente a donde nadie había llegado antes.
Hazlo así: Él mejor serie de televisión
Fue refrescante como un joven con toda la gracia y la habilidad atlética de un velociraptor en patines ver a alguien como Picard en la televisión; alguien como yo. Claro, no era un anciano de 50 y tantos años, ni tenía el talento intelectual de Jean Luc. Aún así, cuando se trata de representaciones en pantalla de la masculinidad en los años 90, había una tendencia por defecto a un tipo específico de hombre, y ese hombre no era yo.
Estos personajes a menudo eran rudos, duros y estaban listos para derribar en un abrir y cerrar de ojos. Es una representación tradicional del hombre ideal. Pero ver a alguien como el capitán Picard, que vio el valor de la lectura, la ciencia y la historia, fue refrescante. Todo sobre la cultura pop en ese momento me decía que la gente así era menor. Eran nerds destinados para siempre a ser molestados por los chicos geniales.
Picard en el papel era tan tonto como los niños en la televisión que veías metidos en casilleros o que les daban calzones (algo que no estoy seguro de que le haya pasado a nadie fuera de la tierra de la televisión), pero él era diferente. Picard tenía autoridad, estaba a cargo de toda una nave espacial y tenía una tripulación que lo admiraba. Para mi yo más joven, él era la prueba de que preferir los libros al fútbol no me iba a condenar a una vida de 'otredad'. Podría ser una fortaleza, y el intelectualismo podría ser mi clave para ser alguien tan genial como el capitán de una nave estelar.
Por supuesto, no crecí para convertirme en capitán de una nave estelar. Incluso si la Federación fuera real, dudo que me sirvieran de mucho, a menos que supieran mucho sobre Hombre araña es de alguna manera útil para la operación diaria de una nave espacial que no conozco. Sin embargo, Picard y sus valores de compasión, tolerancia e intelectualismo me han convertido en la persona que soy hoy, y es por eso que siempre será mi capitán.
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Autor: Paola Palmer
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